La salud mental de niños y adolescentes ha ganado un protagonismo significativo en la agenda pública, especialmente ante el alarmante aumento de trastornos como la ansiedad y la depresión. La intervención temprana se presenta como una de las estrategias más efectivas para abordar estas problemáticas, evitando consecuencias negativas a largo plazo.
¿Por qué es crucial intervenir a tiempo?
La infancia y la adolescencia son etapas cruciales en el desarrollo humano. Durante estos años, los cerebros de los jóvenes están en plena formación, lo que hace que sean particularmente vulnerables a los trastornos mentales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 50% de los trastornos de salud mental se manifiestan antes de los 14 años. Por ello, detectar y tratar estos problemas de manera temprana puede marcar una gran diferencia en el futuro de los jóvenes.
- Prevención de Comorbilidades: La falta de tratamiento oportuno puede llevar a la aparición de comorbilidades. Por ejemplo, un niño con ansiedad no tratada puede desarrollar depresión, lo que complica aún más su salud mental.
- Mejora del Rendimiento Académico: Los problemas de salud mental pueden afectar gravemente el rendimiento escolar. Intervenir temprano ayuda a los jóvenes a mantener su motivación y a desarrollar habilidades que les permitan enfrentar desafíos académicos y sociales.
- Reducción del Riesgo de Suicidio: La intervención temprana puede disminuir el riesgo de conductas suicidas. El suicidio hoy en día es una de las principales causas de muerte en jóvenes en Chile. La identificación y tratamiento de problemas como la depresión y la ansiedad son esenciales para salvar vidas.
- Promoción de Habilidades Sociales: Un tratamiento adecuado permite a los niños y adolescentes aprender a gestionar sus emociones y desarrollar habilidades sociales, lo que los prepara para interacciones saludables a lo largo de su vida.
La doctora Mariana Labbé, médico psiquiatra y actual directora Clínica de MirAndes Manquehue, primera clínica de Salud Mental en Chile enfocada exclusivamente en atención infanto-juvenil, señala: “Con psicoterapia, y a veces farmacoterapia, los jóvenes pueden salir rápidamente, pero, al no tratarlas, puede generar efectos hasta el punto donde hay riesgo de enfermedades físicas, hay deterioro en su calidad de vida, problemas socioeconómicos, o sea, es de alto costo que nuestros adolescentes y futuros adultos carguen con problemas que pueden hacerse crónicos en salud mental y lo ideal es promover y promocionar salud mental para así tener pesquisa precoz, tratamiento precoz.”
Consecuencias de No Actuar a Tiempo
Los efectos de no tratar a los niños y adolescentes con trastornos de salud mental pueden ser devastadores:
- Impacto en la Vida Familiar: Los problemas de salud mental no solo afectan al individuo, sino también a su entorno familiar. Las tensiones y conflictos pueden aumentar, afectando la dinámica familiar y provocando estrés en los padres y hermanos.
- Dificultades en la Vida Adulta: Los trastornos no tratados en la infancia y adolescencia a menudo persisten en la adultez. Esto puede llevar a dificultades en el ámbito laboral, problemas en las relaciones personales y un mayor riesgo de aislamiento social.
- Aumento de Comportamientos de Riesgo: La falta de tratamiento puede llevar a la adopción de conductas de riesgo, como el abuso de sustancias, violencia o comportamientos autodestructivos.
La identificación temprana de trastornos de salud mental es fundamental. Algunas estrategias incluyen:
- Capacitación a Educadores: Formar a docentes en la detección temprana de señales de problemas de salud mental en sus alumnos.
- Programas de Concienciación: Iniciar campañas que informen a padres y cuidadores sobre los signos y síntomas de los trastornos mentales.
- Acceso a Recursos: Facilitar el acceso a servicios de salud mental, tanto en el ámbito escolar como en la comunidad.
La intervención temprana en la salud mental de niños y adolescentes es una inversión crucial para el futuro de nuestras sociedades, es por esto que Grupo Cetep ha tomado la iniciativa de desarrollar la primera clínica de atención infanto-juvenil en Chile, ubicada en La Capitanía N°983, Las Condes, Santiago. Creemos firmemente que al abordar estos problemas desde sus inicios, no solo se mejora la calidad de vida de los jóvenes, sino que también se construyen comunidades más sanas y resilientes. Es momento de actuar y asegurar que cada niño y adolescente reciba la atención que necesita, porque su bienestar es un reflejo de nuestro compromiso con el futuro.
